Hasta el solsticio no es verano, pero para los ciclistas éste ya ha llegado. Y es que, qué más da el calendario si la temperatura y la humedad ya son propias de la temporada estival, con temperaturas rondando los 30 grados.
Ante esta realidad palpable, hay algunas condiciones que debemos considerar en condiciones como estas. Vamos con 4 consejos para pedalear con calor.

Aclimatación al calor. El error más grande que cometen los ciclistas que se enfrentan a altas temperaturas es lanzarse a caminar en su bicicleta al calor, sin estar acostumbrados y sin preparación. Quien no está acostumbrado a estas temperaturas aumentará el esfuerzo y no logrará grandes beneficios.
Es mejor salir por la mañana temprano o al atardecer, cuando hace más fresco y evitamos exponernos demasiado al calor de las horas centrales del día. Utilizando así el resto del tiempo para adaptarse. La mayoría de los estudios hablan de 10/15 días de entrenamiento de adaptación al calor como necesarias para el correcto rendimiento.
Protección del cuerpo. La ropa ciclista ejerce doble función en verano, la primera es evadir mejor el sudor: cuando la ropa está preparada para evaporar tu sudor más rapido, ayuda a regular la temperatura del cuerpo, evade el calor y te estará refrescando. Por eso, tener un conjunto de puro verano será más que eficiente.
Por otro lado una quemadura solar es más que quemar tu piel: estas quemaduras ayudan a aumentar la sensación de fatiga y aceleran el metabolismo. Aunque eso podría sonar positivo, no lo es ya que aumenta tu necesidad de líquidos ocasionando un gran problema cuando el día es caluroso y es más importante un nivel óptimo de hidratación.
Lo importante es hacer todo lo necesario para protegerse del sol, nunca pedalear sin protector solar. Preferir ropa con protección solar e incluso usar un sombrero por debajo del casco para protegerse del sol.

Alimentación e hidratación. Para esta adaptación será imprescindible optimizar la alimentación. Opta por más alimentos de huerta, es ahora cuando más frescos y de cercanía serán. Utiliza elaboraciones típicas de verano cómo sopas frías, al estilo gazpacho, refrescan, son sanas y son fáciles de digerir. Los días previos de salidas largas, aprovecha para comer frutas y verduras que contienen gran cantidad de líquidos, estilo uvas o sandías.
Mantener tus niveles de sodio, será muy importante ya que ayuda a que se retengan los líquidos. La bebida deberá ser alta en la reposición de electrolitos. Y si son bajas en carbohidratos, mejor aportar proteínas ya que las proteínas cuando llegan a los músculos también llevan consigo a los líquidos. Después de la salida, trata no sólo de recuperar líquido corporal con agua, sino también con los minerales que hemos perdido fuertemente con esa sudoración. Mejora tu recuperación con alimentos altos en sodio y aguas de fuerte mineralización.
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Factores durante la ruta. Nunca añadas hielo debajo de tu maillot aunque sea tentador. El hielo hace que los vasos sanguíneos se estrechen provocando aumento de la temperatura corporal. Que esta suba, dista demasiado de ser algo bueno para el rendimiento. Es mejor mojarse el cuello y los antebrazos, por ejemplo con una toalla empapada con agua dulce.
Si hace mucho calor es conveniente adaptar el ritmo e intensidad de tu entrenamiento, que difícilmente será el mismo que el de días mas frescos.
¿Qué soluciones tomáis vosotros para esta temporada de calor? Os leemos en comentarios.