Nuestra agua de mar se extrae en Sabadelle, en el acantilado litoral de la Costa da Morte, cuyas temperaturas bajas y corrientes provenientes del Atlántico Norte Central, proporcionan a estas aguas características únicas.
Estas condiciones exclusivas hacen que este agua de mar sirva como gran aporte de elementos tales como: hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, magnesio, manganeso, sodio, potasio, calcio, hierro, fósforo, flúor, sílice y yodo, que facilitan la absorción de las vitaminas imprescindibles en los procesos enzimáticos de las células, con los consecuentes beneficios para la salud.
Tras extraerla en un entorno natural protegido alejado de cualquier contaminación industrial, el agua se trata mediante un sistema de microfiltrado en frío, sin utilizar ningún tipo de aditivo químico ni disolventes, por lo que llega al cliente manteniendo todas sus propiedades.
¿Por qué elaboramos nuestras bebidas isotónicas con agua de mar?
El agua de mar está compuesta de todos los minerales y oligoelementos de la tabla periódica. Esto es lo más importante y lo que nos va a aportar la mayoría de los beneficios. Pero el agua de mar es mucho más que “agua salada”. También contiene información genética (ADN), ácidos nucleicos, aminoácidos esenciales, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, fito y zooplancton…. O sea, el agua de mar contiene vida. No olvidemos que es el medio donde se originó la primera célula.
Desde las primeras formas de vida hasta las más complejas, todas se deben a un medio marino con el que es fundamental estar en equilibrio para el correcto funcionamiento de todos los organismos. René Quinton, el científico francés considerado padre de la terapia marina, fue quien postuló y logró mostrar una clara relación entre el medio marino y el medio celular (el medio interno).
Sólo un 30% de la superficie del planeta es tierra, siendo el restante 70% agua. De toda esta agua, un 97’5% es salada y tan sólo 2’5% es dulce.
Los principales minerales por su concentración son el cloro (58%) y el sodio (32%). Pero ojo, no es lo mismo cloro y sodio de manera aislada que el cloruro sódico que se encuentra en la sal. Después, de mayor a menor concentración aparecen magnesio, azufre, calcio, potasio, boro, flúor… así hasta llegar a 78 minerales en su forma biodisponible y orgánica.